Sábado Santo - la sorpresa...
Los organizadores teníamos una sorpresa para los asistentes a la Pascua Juvenil: había visitas, eran los adolescentes y jóvenes de la Ciudad de los Niños, que venían a comer con nosotros.
Los sorprendidos fuimos nosotros, llegaron más chavitos de los que se esperaban, fueron no sólo todos los adolescentes y jóvenes, también los niños, así que el número de visitantes se duplicó.
Nadie tendría por qué saberlo, pero no había comida suficiente para todos... minutos de angustia.
Pero gracias a quienes se las ingeniaron para conseguir más refrescos, más panes y más tortillas, a quienes sacaron mesas, sillas y manteles extra, pero sobre todo, gracias a Dios, así como se multiplicó la gente, se multiplicó también la comida. Sabíamos que lo que había no alcanzaría para todos, pero comimos todos, hubo incluso segunda vuelta, y hasta sobró. Vivimos la multiplicación de los panes en vivo y a todo color. Nos quedó claro que no fuimos nosotros, sino Él, quien actuó.
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